El evolucionismo, la psicología comparada y la experimentación animal fueron los tres ingredientes clave que intervinieron en la creación de la Psicología del aprendizaje como disciplina.
El evolucionismo es una teoría científica que explica cómo las especies de seres vivos han evolucionado a lo largo del tiempo a partir de ancestros comunes y a través de procesos de selección natural y adaptación. Aunque como corriente tuvo varios exponentes, tradicionalmente se asocia a la teoría de la evolución propuesta por Darwin en el siglo XIX, conocida como darwinismo. La psicología comparada es el estudio de las similitudes y diferencias en el comportamiento y procesos mentales entre diferentes especies animales, con un enfoque en la comparación entre humanos y otras especies. Esta disciplina busca entender las similitudes y diferencias en la cognición, el aprendizaje, la percepción y otros aspectos psicológicos a través de la observación y experimentación con animales. El objetivo es arrojar luz sobre la evolución de la mente y el comportamiento en el reino animal, lo que a su vez puede ayudar a comprender mejor la naturaleza humana.
Raíces de la Psicología del Aprendizaje – la hipótesis transformista y el evolucionismo
Aunque los filósofos naturalistas griegos ya tenían en mente algunos aspectos relacionados con el evolucionismo, no fue hasta finales del XVIII que la idea del origen del mundo, desde una perspectiva creacionista y fixista, entra en crisis. Recordemos que el fixismo sostenía que las especies de seres vivos eran inmutables y que habían sido creadas por una fuerza divina. Fue una creencia común en la ciencia y la religión durante gran parte de la historia, especialmente en la antigüedad y la edad Media.
Gracias a esta crisis, la naturaleza pasa de ser concebida como obra de la creación de un ser superior a verse como un elemento dinámico en constante cambio. Una idea que da origen a la hipótesis transformista, la cual defendía que las especies pueden transformarse debido a que las características adquiridas durante la vida de un organismo, pueden transmitirse a su descendencia. El máximo exponente de esta teoría fue Lamarck, quien también fue el primero en sostener que las especies, el hombre incluido, descienden de otras especies.
Así pues, se pasa de un enfoque teleologista, donde se creía en la existencia de un diseño del mundo ya preestablecido y donde cada ser vivo tenía un propósito (como resultado de un plan divino), a una hipótesis transformista que sostenía que las especies evolucionaban a través del esfuerzo y el uso o desuso de ciertas estructuras. Es decir, que los organismos adquirían características específicas durante sus vidas como el resultado del esfuerzo o necesidad. Estas características se transmitían a su descendencia.
Del enfoque transformista se pasa finalmente a uno mecanicista, el de Darwin o la Selección Natural. El darwinismo, a diferencia del enfoque transformista, pensaba que la evolución natural no provenía del esfuerzo individual de los organismos, sino de la variación genética al azar y la selección natural. Esta variación se produce debido a mutaciones genéticas que a su vez están influidas por la Selección Natural, la cual implica que los organismos con mejores características para garantizar su supervivencia, tienen más probabilidad de transmitir sus genes a generaciones posteriores.
Cómo la psicología comparada influye en la psicología del aprendizaje
“Debido a su relación con la educación humana, el aprendizaje en animales es probablemente el tema más importante en el estudio total de la conducta (…) a través de la formación de hábitos, él encuentra el modo más directo de controlar la actividad animal”
Watson, 1914
A finales del siglo XIX se instaura el estudio del comportamiento animal en el ámbito de la experimentación. Más adelante, entrando en el siglo XX y dentro del campo de la psicología comparada y los estudios sobre el aprendizaje de los seres vivos, se empieza a observar una preocupación por establecer una ciencia objetiva acerca de la conducta.
En este contexto, se enfrentaron dos perspectivas diferentes relacionadas con la evolución de los seres vivos. La de Darwin y la de Herbert Spencer. Darwin sostenía que la evolución implicaba cambios graduales y no lineales en todas las áreas de la naturaleza, incluyendo, por supuesto, la morfología, la fisiología y la psicología. Por otro lado, Spencer mantenía una visión más lineal en la que las capacidades mentales se desarrollaban de manera progresiva, desde especies más simples hasta especies más complejas, incluyendo a los seres humanos. Esta perspectiva enfatizaba la idea de que las habilidades mentales humanas tenían sus raíces en las capacidades observadas en otras especies.
Estas ideas spencerianas influyeron en cómo se abordaba el estudio de la psicología comparada, en especial el relacionado con la psicología del aprendizaje. Bajo su enfoque conductista, todas las especies se comportaban de la misma manera en términos de aprendizaje. Además de esta premisa, se llegó a la conclusión de que el aprendizaje era un proceso clave para entender la mente y que sus principios se aplicaban de forma universal en todas las especies, algo que tuvo un impacto significativo en la forma de estudiar el propio proceso en sí mismo.
Los experimentos animales en el ámbito de la psicología del aprendizaje
Los experimentos con animales han ejercido una influencia significativa en la psicología del aprendizaje al desempeñar un papel fundamental en el desarrollo de teorías clave, como el condicionamiento clásico y operante, y al establecer principios generales de aprendizaje aplicables a humanos y otras especies. Además, han contribuido al desarrollo de métodos de investigación rigurosos, que se aplican tanto en la investigación animal como en la investigación humana, y han tenido un impacto directo en la modificación del comportamiento y el adiestramiento animal. Estos experimentos también han permitido la comprensión de la cognición animal y han sido importantes en la psicología comparada para comparar y contrastar el aprendizaje y la cognición entre diferentes especies.
Experimentos con animales más destacados
Perro de Pavlov (condicionamiento clásico)
En la década de 1890, Pavlov realizó una serie de experimentos con perros para estudiar el condicionamiento clásico, un tipo de aprendizaje asociativo que se basa en la idea de que las asociaciones se forman entre estímulos y respuestas. En el condicionamiento clásico, un estímulo previamente neutral llega a evocar una respuesta después de ser emparejado repetidamente con un estímulo que naturalmente provoca esa respuesta. Su experimento más famoso involucró la asociación de un estímulo neutral (una campana) con la comida para producir una respuesta condicionada (salivación). Fuente fotografía: https://agencia.unq.edu.ar/?p=7529
Experimentos de Edward L. Thorndike (Ley del Efecto):
A principios del siglo XX, Thorndike llevó a cabo experimentos con gatos en «puzzles boxes» (cajas de rompecabezas) para investigar el condicionamiento operante, el cual, a diferencia del condicionamiento clásico (que se centra en asociaciones entre estímulos), se centra en cómo las consecuencias de un comportamiento, afectan a la probabilidad de que ese comportamiento se repita en el futuro. Es decir, aprender gracias a las consecuencias de nuestras acciones.
Sus estudios sobre el comportamiento de los gatos al intentar escapar de las cajas trampa donde los encerraba, condujeron a la formulación de la Ley del Efecto, que establece que las respuestas seguidas de consecuencias satisfactorias se fortalecen. Fuente fotografía: https://www.psicoactiva.com/blog/la-ley-del-efecto-edward-thorndike/
Experimentos de B.F. Skinner (Condicionamiento Operante)
Skinner es ampliamente conocido por su trabajo en condicionamiento operante. Utilizó cámaras de condicionamiento (Skinner boxes) para estudiar el comportamiento de ratas y palomas. Sus investigaciones proporcionaron una comprensión más profunda de cómo las respuestas pueden ser modificadas por medio de reforzadores y castigos, y cómo se pueden moldear conductas complejas. Fuente fotografía: https://www.psicoactiva.com/blog/la-caja-de-skinner/